Desde fin de mayo hasta el inicio de agosto la lavanda regala un esprectáculo único tanto para los ojos como para el corazón. Si queréis relajaros, pasar un buen día al aire abierto y sacar buenas fotos en el medio de la naturaleza, la visita a un campo de lavanda está hecha para vosotros. Hoy hablamos del campo de lavanda “L’Ulivo di Nonno Amato” en Morrovalle.
En las Marcas se puede escoger entre muchos campos de lavanda para pasar un día sumergidos en la naturaleza: los encontráis todos en este artículo de viaggiesorrisi, divididos por provincia. En realidad después de leer este artículo no es fácil elegir, ni tampoco entender donde orientarse. Por eso os contamos nuestra elección, que fue bien acertada: el campo de lavanda L’Ulivo di Nonno Amato, en Morrovalle, en provincia de Macerata. Lo escogimos porque por teléfono el propietario nos pareció muy amable y disponible y además nos presentó inmediatamente todas las inciativas que habría aquel día en el campo, como la demostración de destilación, la desmotadora de las flores y el jardín sensorial, todo pagando solo 5 euros cada uno. Una vez llegados nuestras primeras impresiones fueron confirmadas por completo: fuimos acogidas por uno de los socios que gestiona el campo, que nos acompañó al jardín sensorial, enseñándonos todas las diferentes variedades de lavanda presentes, hasta 9: la Lavanda officinalis o verdadera, en las variedades Maillete, Hidcote Pink, Hidcote White e Hidcote Blue y la Lavanda Hibrida o Lavandino, en las variedades Grosso, Grosso Blu e Juabert y las varias plantas oficinales y aromáticas que cultivan además de la lavanda, entre las que el romero, la salvia, el tomillo, el laurel, la menta, el helichrysum y la caléndula.
Después de haber estacionado en el recorrido sensorial saboreando los olores, todos sorprendentemente diferentes, de las variedades de lavanda, seguimos hacia los campos cultivados a hileras, florecidos solo en parte. Entre las diferentes hilas de lavanda los propietarios establecieron diferentes puestos para sacar fotos particulares, con marcos de ramas entrelazadas, espejos, sillas, y hasta una bicicleta pintada de lila. Siguiendo en la zona del campo de lavanda hay otras dos paradas creadas para despertar los sentidos del visitador: después del olfado en el jardín sensorial, un lugar tranquilo es reservado al despertar del oído, el auscultorium, donde escuchar la paz y los sonidos del campo. Por fin, crearon un recorrido “táctil”, que se recorre a pies descalzos, el barefooting, con piedras, ramas, pajas, y yerba médica, muy bonito para los niños. La atención a los pequeños no termina aquí: los propietarios establecieron un rinconcito con una pequeña mesa y un pequeño sillón reservado a los niños y colgando del árbol hay una librería a estantes donde hay ojas, colores, y algunos libros para los mayores. Hay también una zona cubierta equipada con mesas y neveras para almorzar, donde se pueden organizar hasta los cumpleaños. Como todo el resto, el equipamiento y las decoraciones de la fiesta son curadas con mucho amor y atención a los detalles y todo es a juego con las flores de lavanda.
Por fin son muy interesantes también las actividades organizadas durante los eventos, como la demostración de la destilación de las flores de lavanda, con la explicación del proceso y la posibilidad de ensayar sobre la piel el aceite esencial recién destilado; la desmotadora de las flores y la creación de bolsitas profumadas que se pueden llevar a casa, y también la creación de husos de lavanda, hechos entrelazando las flores con una cinta de satén. Para concluir la visita es posible pararse en la tienda, donde se pueden comprar todos los productos del campo de lavanda, aceites, aceites esenciales, productos de cosmética, aguas aromáticas, perfumatores para el ambiente, detergentes para el cuerpo y varios objetos, que se venden también online en el sito del lavandeto.
Una cosa es segura, ¡en este lugar uno no se aburre! Tengo que confesar que tenía miedo de que la visita al campo de lavanda duraría el tiempo de sacar algunas buenas fotos y luego no tendríamos nada que hacer… y en realidad este riesgo es presente si la actividad no es bien gestionada. El Ulivo di Nonno Amato, en vez, dedicó mucha atención a la organización de actividades para que los visitatores no se aburran y los socios que gestionan el campo de lavanda son personas muy amables, disponibles y muy presentes sin resultar entrometidos. Al final de la visita vale la pena hablar un poco con ellos, por eso queremos darles unas gracias especiales por habernos permitido pasar una mañana feliz y habernos acogido con amabilidad y bondad. Detrás del trabajo y la cura que ponen en la gestión del campo de lavanda se lee toda su pasión para la valorización de las tradiciones y de la riqueza de la vida de campo, esencia de la identidad de las Marcas, que hoy se ha convertido en una agradable “huida” de la vida frenética de todos los días. Esperamos que estas pausas regenerativas en el campo sean siempre más frecuentes, y que su pasión infecte a quien visita el campo de lavanda como infectó a nosotras.
Ahora os dejamos una gallery con las fotos más bonitas de nuestra mañana de relax en morado. Además, si queréis visitar el campo de lavanda, podéis contactarlos a través de su página web, al número de teléfono 347.3556502 o por correo a lulivodinonnoamato@gmail.com.