“Fue uno de aquellos días de marzo cuando el sol brilla caliente y el viento sopla frío: cuando es verano en la luz e invierno en la sombra” escribía Charles Dickens en su novela “Grandes esperanzas” publicado en episodios entre 1860 y 1861. En los mismos años Italia estaba afrontando su batalla para ser por fin una nación unida. Nuestra caminada por el bosque de Castelfidardo nos llevó atrás a 1860, un día de marzo a mitad entre invierno y verano, en uno de los lugares protagonistas de la unidad de Italia.
El bosque de Castelfidardo se caracteriza por su riquísima biodiversidad de plantas y animales; la vegetación se compone principalmente por robles y es típicamente mediterránea. Hoy se extiende sobre una superficie de 38 hectáreas que recubre el Monte Oro, sin embargo sabemos que hasta 1500 el bosque llegaba hasta el mar y ocupaba más o menos 350 hectáreas. La deforestación tuvo lugar entre 1500 y 1700, cuando los funcionarios pontificios, que desde siempre utilizaban la madera que venía del bosque para sus flotas compraron progresivamente 314 hectáreas y los deforestaron en ocasión de la construcción de la Basílica de la Santa Casa de Loreto. Incluso, en 1579, el Governador de Loreto decretó la destrucción del bosque que era utilizada como escondite por los bandidos, pero los habitantes de Castelfidardo se opusieron con tanta fuerza que lograron salvarla. Si el bosque, aun muy reducido en tamaños, resistió a las modificaciones urbanas, convirtiéndose en una pequeña oasis en el medio de una zona puramente industrial, es sobre todo gracias al apego de la població, que siempre se ha prodigado en su defensa.
La caminada a través del bosque es muy fácil, solo hay que seguir el gran sendero pavimentado, la “carretera de medio” que un tiempo se utilizaba para el paso de carros y vagones que cruzaban el bosque. Este sendero os conducirá hasta el punto más alto del monte, donde se abre un gran jardín con un panorama impresionante, lugar perfecto para un pique-nique en los días veraniegos o primaverales. Hay también recorridos de tierra para mountain bike o motocross. El desnivel es de más o menos 100 metros y hay subidas bastante rípidas, pero siempre breves. Además de la carretera principal hay trece otros senderos naturalísticos (no muy bien marcados).
Nuestro sendero empezópor el osario, subiendo seguimos el camino principal hasta la cumbre del monte, luego, bajando por la parte opuesta, abandonamos el camino pavimentado escogiendo recorrer un sendero que encontramos a la izquierda y que nos llevó de nuevo al punto de partida dando la vuelta del monte. Desafortunadamente no sabemos que nombre tuviera el sendero, como no era marcado.
Afortunadamente hoy el bosque es protegido también por la ley: en 1974 fue reconocida por la Región Marcas “Área de flora protegida” y en 2001 fue instituido el Centro de Educación Medioambiental regional “Bosque de Castelfidardo” gestionado por la Fundación Ferretti, cuyos fines son la protección y la divulgación del patrimonio medioambiental, histórico y cultural del territorio a través de eventos y actividades para las escuelas. Hoy el bosque es dividido en nueve partículas y la Fundación es la dueña de la más amplia, sobre la que surge Villa Ferretti. En origen esta villa era el pabellón de caza de la familia Sciava, construido en 1700. Luego fue comprada por la familia de Pimodan en recuerdo de su antepasado, luego en 1954 por el Duca Roberto Ferretti que lo restauróy lo amplió.hoy es sede de una colección de arte y es visitable con cita previa en verano. En esta villa, en 1860, murió el general de Pimodan, comandante de las tropas pontificias herido durante la batalla.
La Batalla de Castelfidardo se combatió el 18 de septiembre 1860 a los pies del Monte Oro y vio enfrentarse los ejércitos del Reinado de Cerdeña y del estado pontificio. La victoria de los piamonteses obligóa las tropas papales a refugiarse en la plaza fuerte de Ancona, donde fueron derrotadas definitivamente después de un largo asedio. Gracias a la victoria piamontés las Marcas y Umbria fueron anexionadas al Reino de Cerdeña, un importante paso hacia la proclamación de la Italia unida, el 17 de marzo 1861. En memoria de este evento, justo en el lugar de la batalla, surge el osario, un monumento en el que están inscritos todos los nombre de los caídos en la batalla. En el centro de la ciudad de Castelfidardo, a algunos quilómetros de la selva hay en vez un verdadero monumento a la batalla, el Monumento nacional de las Marcas, situado al interior de un gran parque que desafortunadamente no logramos ver. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, el 3 y 4 julio 1944 fue la infantería alemana a enfrentarse en estos lugares con la tercera división aliada.
En la selva descubrimos los primeros las primeras señales de la primavera en uno de aquellos días de inicio marzo cuando es verano en la luz e invierno en la sombra, nos rellenamos el corazón con la floración de los árboles frutales, de las violetas y de las vincapervincas. Caminamos mirando el mar a lo lejos y respirando el aire que sabía a sal, sobre alfombras de hojas entre arbustos y cipreses y recorrimos senderos que rezuman historia, donde la vida parece no haber cambiado mucho de la que era hace cien años y las personas todavía se encuentran cuando empieza a hacer calor los domingos por la tarde. También por su mezcla de historia y naturaleza este bosque nos transmitió una atmósfera mágica…
Para informaciones adicionales sobre el bosque de Castelfidardo os dejamos los link a la página de la Fundación Ferretti, al sito del municipio de Castelfidardo y a la página dedicada al bosque del sistema museal de la provincia de Ancona y ¡os dejamos a las fotos!